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La ultima noche de los zombies

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Inarita's avatar
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LA ÚLTIMA NOCHE DE LOS ZOMBIES



Como una mala leyenda, la profecía se hizo realidad. Durante cinco días, la vida fue interrumpida por la muerte. Desconocidos, seres queridos, niños, mayores… todos los sepulcrados se alzarían con la luna para deambular de nuevo en la Tierra. Nada les pararía, ni ataúdes, ni puertas, ni cerraduras… Sólo los rayos de sol conseguirían devolverles al sueño eterno.

El Levantamiento pilló por sorpresa a todo el mundo. La luna del 26 de diciembre devolvió a la vida a quienes tenían su cuerpo enterrado entre nosotros. Aparecieron en autopistas, calles y avenidas. Con Ellos, las luces se apagaron. No les gustaban. Eran opuestas a su oscuridad. Les recordaba a esa parte del día que no podrían volver a vivir.

El terror se apoderó  de la gente, que se encerró en sus casas. Pero Ellos no desesperaron. Apoderados por un impulso más fuerte que las puertas, las armas o el miedo, desgarraron, arañaron y rompieron hasta llegar a eso que tanto ansiaban: la vida.

Dejaron de existir los buenos escondites. Olían tu pavor y sentían tus latidos. Nosotros, los vivos, éramos sus imanes. Nos deseaban.  Querían abrazarse a nuestra energía, sentir nuestro calor. No buscaban nuestra muerte, pero su aparición no pudo ser soportada por muchos. El miedo oprimió corazones hasta que éstos no aguantaron más. Y cuando la vida se escapaba en un último suspiro, un grito helado surgía de sus inertes gargantas. Un chillido de dolor que destrozaba cristales y oídos.

Catorce horas de terror más tarde, el sol volvió a salir y con él se mostró el esperpento. Ellos regresaron a su sueño pero no a sus nichos. La ciudad se despertó invadida por estatuas gritando, andando o abrazadas a personas.

Fue imposible moverlos, quemarlos o destruirlos. Se habían agarrado a la vida y no la soltarían. Hubo que taladrar calles para transportarlos a cámaras de seguridad. Las personas encerradas en esos brazos muertos, también fueron con ellos.

El miedo, sin embargo, no desapareció con el sol. Los supermercados y centros comerciales fueron arrasados. Todas las estanterías quedaron vacías. La gente se encerró en sus casas en un intento por sobrevivir a una segunda noche en la que nadie sabía que pasaría.

Fue peor que la primera. No les gustaba estar encerrados. Ya habían pasado demasiado tiempo entre cuatro paredes de madera, cemento o tierra. Movidos por su cólera rompieron el metal y volvieron a la calle.

Las puertas atrancadas no fueron obstáculo. No hubo forma de escapar. Sólo las luces parecían paralizarlos…al principio. Cualquier barrera que se les pusiera al final sólo les enfurecía más, dándoles fuerzas para alcanzarnos.

La única solución fue resignarse. Durante cinco noches vivimos en el pavor y durante cinco días dormimos en la seguridad del sol. Tuvimos que respirar, comer y vivir abrazados a la muerte.

A pesar de que la mayoría habíamos abandonado la idea de volver a nuestras antiguas vidas, una minoría se negó a aceptarlo. Pero sólo les causó más dolor. Cuanto más se resistían a su abrazo, cuanto más intentaban escapar, más ahínco y pasión ponían Ellos.

Sin embargo, en la quinta noche algo cambió. Sus abrazos se hicieron más fuertes, dificultando nuestra respiración. Era imposible moverse y, si intentabas escapar, su furor se acentuaba convirtiéndose su opresión en mortal. A medida que avanzaba la noche, más encolerizados estaban Ellos. Arrastrándonos, nos llevaron a todos a la calle. Juntos gritaron, helando nuestros corazones y ensordeciendo nuestros oídos.

Ya pensábamos que allí nos uniríamos a su Muerte, cuando apareció el primer rayo de sol y con él, volvió el silencio. De repente, desapareció la opresión y sus formas heladas se resquebrajaron convirtiéndose en polvo. Si el anochecer les había devuelto a la vida, el amanecer les había devuelto a la muerte, esta vez para siempre.

Sin saber cuándo volvería a ocurrir, o si volvería a pasar de nuevo, los Gobiernos de todo el mundo prohibieron los cementerios. Los cuerpos sin vida tendrían que ser incinerados.

Poco a poco, todos intentamos volver a nuestra rutina diaria. Pero fue más difícil que arreglar calles, casas o puertas. El recuerdo de esas cinco noches nos perseguía en nuestros sueños. Muchos de nosotros todavía sentimos su abrazo mortal cuando el sol se esconde. Sólo la luz del día nos permite continuar.
Today I had a dream about zombies. It's been a while since the last time I wrote something, but I just couldn't remove this urge to write about it. Hope you like it. Sorry, it's only in Spanish
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Hoy he soñado con zombis. Hace muchísimo que no escribo, o al menos que no escribo un cuento o una historia. Pero esa necesidad por escribir sobre el sueño no se iba, así que esto es lo que he escrito. Espero que os guste.
Comments2
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meggi992's avatar
Muy bueno de verdad, hiciste una historia que me resultó muy entretenida de leer y llevadera.